viernes, 10 de agosto de 2012

Condiciones para el trabajo colaborativo

El establecimiento de relaciones de colaboración y ayuda pretende construir «relaciones auténticas» no sólo entre profesores sino también entre el alumnado. Esto se consigue cuando los profesores demuestran una consideración positiva hacia todos los alumnos; cuando se comportan en sus clases de manera que muestran coherencia y justicia, al tiempo que crean confianza; cuando comprenden y muestran que la comunicación con los alumnos supone tanto escuchar cómo hablar y cuando hacen de sus clases lugares en los que los alumnos y alumnas pueden experimentar sin temor a ser castigados.
En efecto, no todos los métodos cooperativos se estructuran de igual forma, pero todos ellos ponen de manifiesto la necesidad de confluencia de varios factores, sin los cuales difícilmente se encontrarán los efectos positivos recogidos en la literatura.
  1. El primero es la necesaria existencia de una tarea y un reconocimiento grupal; dicha tarea debe ser no simplemente la dehacer algo en común, sino la de aprender algo como grupo (de acuerdo con los objetivos y contenidos educativos que en cada caso se prevean).
  2. El segundo factor determinante, y con frecuencia olvidado en muchos intentos de trabajo cooperativo, que por ello fracasan, es la responsabilidad individual.  Es decir, el éxito del trabajo grupal debe descansar en el hecho y la necesidad de que todos los miembros del grupo aprendan, y no sólo en la posibilidad o situación de que sólo algunos aprendan o que sólo éstos hagan por todos la tarea propuesta (que es, por otra parte, la crítica fácil y superficial que los detractores del trabajo grupal tienen siempre dispuesta).

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